lunes, 19 de julio de 2010

Cuarto Capítulo .

Llegué a mi casa desesperada, estacioné el auto con tal brusquedad, abrí la puerta de mi casa, entré, & la cerré como si estuviera escapando de un asesino en serie, me apoyé contra la puerta & deslizándome lentamente hacía el suelo, intentando calmar la respiración, me senté sujetando mis rodillas, & apoyé la cabeza en mis piernas, levanté la cabeza, ya calmada, sintiendo una sensación extraña, miré hacía el cuarto de mi mamá, cuando sentí el crujido de la madera del suelo, en ese instante, las pupilas se me dilataron como si un fuerte pantallazo de sol hubiera shockeado mis ojos, suspiré & decidí dejar de escapar, con pasos temblorosos fui hacia el cuarto, cuando volví a sentir el crujido de la madera, esta vez más cerca, apreté mis ojos, & volví a suspirar, aunque sentía que el aire no llegaba a los pulmones, continué, cuando el crujido de la madera volvió a sonar, más cerca aún, me detuve, mire hacía mis costados sin mover la cabeza, temblorosa hice un paso más, no veía nada adentro, las persianas estaban bajas, cuando me paralice & escuche un suspiro que decía muy lentamente… Violeta. Abrí mis ojos del tamaño de una aceituna, nuevamente sentí que un escalofrío me corría de los pies a la cabeza, pero me acaloré, intenté respirar, pero el aire no circulaba por mi cuerpo. Me acerque más aún & encendí la luz del cuarto con temor, cuando vi que una sombra desapareció rápidamente, no puedo explicarlo, fue como si se hubiera movido a la velocidad de la luz, tirando el perchero del cuarto de mi madre. Lancé un grito que no pude controlar, y corrí hacía mi cuarto, me senté en la cama, subí los pies, & bajé la cabeza, dejando que mi dorado & lacio cabello cubra mi rostro. Desganada, & ya calmada, pero alerta, fui a levantar el perchero & apagar la luz.

Fui a bañarme, me desvestí & miré mi espalda para ver como tenía los rasguños, seguían igual. Prendí la ducha, & mire como caía la lluvia esperando a que esté lo suficientemente caliente como para sumergirme bajo su corriente, cuando comenzó a salir vapor, levante mi pierna izquierda para entrar, cuando encontré un moretón del tamaño de una moneda veinticinco centavos.

- ¿Cómo pasó esto? – me pregunté

No le dí importancia & por fin entré a la ducha, dejé que el agua golpeé suavemente mi espalda, salí, me envolví con la salida de baño & fui a mi cuarto a buscar ropa, me vestí, comí algo, miré TV & me fui a dormir.

Me levanté, fui al colegio, Alejo no había ido, así que nada interesante pasó.

Volví, almorcé, fui a mi cuarto a sacarme la campera, la bufanda & los guantes, cuando vi los maquillajes de Melisa, nunca me llamó la atención maquillarme, pero cambié de opinión & decidí comenzar a verme más linda, o intentarlo, comprándome ropa más colorida, no lo sé. Me puse base, un poco de rubor, para que disimulara un poco mi pálida piel, me pinté con sombra negra, & me puse rimel sobre mis largas pestañas. Nunca me había visto tan bonita, agarré plata de mis ahorros, intentando olvidar lo sucedido el día anterior, & me fui a comprar maquillajes. Llegué a la perfumería

- Hola ¿sí, que desea? – me dijo de muy buen humor la empleada

- Si, quería ver unos maquillajes – respondí

- ¿Alguna preferencia? – Preguntó, añadiendo - ¿Base, delineador, que desea?

- Una base, un rimel, una sombra negra… ¡& un rubor!

- Solo trabajamos con productos Mary-Kate, ¿Sí?

- Ok – Le dije, aunque en realidad, no tenía idea de lo que me estaba hablando.

- Todo sería $230, le recuerdo que es una de las mejores marcas del mundo, es hipoalergénica

- Ok, genial – Le dije como si me interesara que le haga propaganda a esas malditas empresas – Lo llevo – añadí.

Pagué en efectivo, & comencé a caminar hacia mi casa cuando me cruce con una anciana que me miraba fijamente

- ¿Qué demonios le sucede? – Le dije asustada

- ¡Es ella!, ¡Es ella! – Gritaba

- ¿Yo, qué? – Respondí tragando saliva

- Se lo que ves, se que tenes ese Don, no estás sola, ¡no estás sola! – Me dijo desesperada

La miré sin entender lo que pasaba, & comencé a correr

- ¡Se lo que te pasa Violeta! – Gritó, mirándome como escapaba.

Iba camino a casa, cuando escuché

- ¡Heeey Vi!, ¿todo bien?

Miré & era Alejo, todavía no entendía nada, así que tarde en contestarle.

- Ehh, si todo bien, ¿vos? – Respondí confusa

- Bien, ¿segura que estás bien? – Me dijo mirándome detenidamente

- Si – le dije soltando una risa falsa. - ¿Qué haces por acá?

- Vine a ver si había cubiertas en la bicicletería, pero no encontré, ¿Hay otra bicicletería por acá?

- No, la única ya la pasaste, ¿Qué es donde fuiste, no?

- Si, “bicicletería Tito”, ¡que poca inspiración! JAJAJA. ¿Para dónde vas vos?

- Estoy yendo para mi casa

- ¿Qué tal si te invito a tomar un café ahí? – Señalando el bar

- Ok, dale – Le dije, todavía confusa, pero feliz por su propuesta.

Fuimos, estuvimos prácticamente dos horas hablando, me reí como nunca. El hizo que me despeje de todo, el era genial. Después volví a mi casa, donde me senté en el acolchonado sofá-cama, & miré un par de películas, hasta sumergirme en el sueño más profundo…